"Es difícil decir cuando el pensamiento humano primero
concibió de la existencia de Dios. Pero una vez después de concebirlo, procedió
a rechazarlo. Posiblemente el rechazo de Dios ocurrió inmediatamente después de
la primera concepción de éste, del primer reconocimiento de su existencia. En
todo caso, el rechazo de Dios es muy antiguo, y las semillas de incredulidad
aparecieron muy temprano en la historia de la humanidad. En el curso de varios
siglos, sin embargo, estas semillas modestas de ateísmo fueron estranguladas
por las venenosas ortigas del teísmo. Pero el esfuerzo del pensamiento y
sentimiento humano para la libertad es muy grande para no prevalecer. Y de
hecho ha prevalecido. Bajo sus presiones todas las religiones han ampliado sus
horizontes, flexibilizando un punto tras otro y despojándose de mucho que sólo
una generación atrás se consideraba indispensable. La religión, tratando de
preservar su existencia, ha hecho varios compromisos, amontonando una
absurdidad sobre otra, combinando lo incombinable."
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