"Combatidos y hasta estigmatizados por sus propios compañeros de ideas, los anarquistas que a sí mismos se llamaban expropiadores o -para emplear otros términos- el anarquismo delictivo tuvo en nuestro país un gran auge en las décadas del veinte y del treinta. Recordar, historiar no es, por cierto, reivindicar. Explicar objetivamente cómo se desenvolvía la sociedad de apenas tres o cuatro décadas es difícil y más que eso, peligroso. Porque precisamente a veces se confunde objetividad con reivindicación."
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