Los anarquistas
abogan por la abolición del Estado -las estructuras básicas
del gobierno- y su reemplazo por una sociedad sin Estado. Los marxistas
abogan por la abolición del presente Estado capitalista, y
su reemplazo por un Estado obrero provisorio que, marchitándose,
dará como resultado una sociedad sin Estado. Tanto unos como
otros acordarían con la sentencia del compañero intelectual
de Marx, Federico Engels, en El origen de la familia, la propiedad
y el Estado: "La sociedad, que organizará de nuevo la
producción sobre las bases de una asociación libre e
igualitaria de los productores, transportará toda la máquina
del Estado allí donde, desde entonces, les corresponde tener
su puesto: al museo de antigüedades, junto al torno de hilar
y junto al hacha de bronce".
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